Durante toda mi vida, asistí a escuelas públicas donde se exigía el uso de uniformes. Creo firmemente que los uniformes escolares ofrecen muchas virtudes, como mejorar el orgullo escolar, la unidad y el espíritu comunitario, al tiempo que mantienen a los estudiantes concentrados en su educación, no en su ropa. Las escuelas a las que asistí tenían una población estudiantil grande y diversificada: latinos y asiáticos, ricos y pobres, tenía amigos de todos los ámbitos de la vida. A medida que crecimos juntos, una cosa que noté fue que todos necesitábamos uniformes nuevos demasiado rápido. Un invierno, recuerdo que le pregunté a uno de mis amigos por qué usaba pantalones cortos cuando hacía tanto frío afuera y me respondió que tenía suficientes pantalones para que le duraran hasta que lavara la ropa. Por otro lado, mis tobillos siempre asomaban debajo de los dobladillos de mis pantalones, ya que con frecuencia la ropa me quedaba chica. Mis padres me compraban unos nuevos y finalmente me di cuenta de que los uniformes que me quedaban pequeños todavía estaban en excelentes condiciones, estaban destinados a los vertederos.

Cada vez que cambiaba de talla, mis padres tenían que comprar uniformes nuevos para reemplazarlos, lo que sumaba con el tiempo una cantidad significativa de dinero y desperdicios textiles. Mis compañeros de escuela también usaban a veces uniformes que no les quedaban bien o que no tenían la vestimenta adecuada porque los que tenían se les quedaban pequeños. Después de investigar más, aprendí de un estudio ambiental que 22 millones de toneladas de desechos textiles se arrojan anualmente a los vertederos y cada prenda de vestir tarda entre 25 y 45 años en descomponerse, al tiempo que libera gases de efecto invernadero como el metano a la atmósfera. Además de esto, las ciudades de San Mateo y Foster City tienen una comunidad diversificada en un amplio espectro de razas y estatus económicos familiares. Para cada niño, el padre tendría que gastar como mínimo ~$80 en uniformes escolares; 3 camisetas y 3 pantalones a $13 por prenda. Como ocurre con cualquier niño en crecimiento, cada niño crecerá y sus uniformes se le quedarán pequeños al menos una talla por año escolar. No es raro que un estudiante gaste 3 tallas o aproximadamente $240 (3x$80) en uniformes por año escolar.

En 2019, pensé que esta era una carga que potencialmente podría mitigarse para las familias de toda mi comunidad, lo que marcó el nacimiento del Programa de Uniformes HOPE...